miércoles, 4 de julio de 2012

El fútbol ya sí mola

Se quejaba Nick Hornby, en un pasaje de su imprescindible novela autobiográfica Fiebre en las gradas (1992), de que la gente que sólo lo conocía en su vertiente futbolera le preguntaba casi con monosílabos qué tal iba su Arsenal, volviéndose de inmediato para hablar con otro interlocutor de la vida en general, como si ser un ferviente hincha de un club de fútbol lo inhabilitara para ser capaz de sostener una conversación sobre cualquier asunto medianamente serio. Puede que a los aficionados más jóvenes esto les parezca exagerado, ya que las cosas han cambiado en los últimos años, pero cuando yo, hace casi dos décadas, leí estas palabras de Hornby me sentí bastante identificado.

En aquellos tiempos, en los círculos más o menos intelectuales, el fútbol era visto como un entretenimiento para mentes holgazanas, una prolongación del circo romano para tener entretenida a la ignorante plebe. Si disfrutabas con el balón y te movías en determinados ambientes tenías dos vías: llevar tu afición en silencio, cual hemorroides, o soportar las miradas mezcla de incomprensión y conmiseración cuando decías que te ibas a casa porque había un apasionante partido de Copa de Europa. ¿Cómo podía alguien medianamente ilustrado, alguien que leía a Borges y Wilde, veía películas en V.O. y disfrutaba con música que no sonaba en los 40 disfrutar viendo a unos tíos dándole patadas a un balón? ¿Acaso era posible amar fútbol y literatura a la vez y no estar loco?

Este año se han publicado en España un buen puñado de interesantes libros de temática futbolera, existen revistas como Panenka que intentan aunar fútbol y literatura y cada vez hay más webs y blogs que, desde una u otra óptica, escriben sobre fútbol conscientes de que sus lectores no son unos brutos analfabetos. Hace un par de décadas apenas existían unas pocas referencias escritas en castellano. En 1995 vio la luz el imprescindible Fútbol a sol y a sombra, del uruguayo Eduardo Galeano. Para entonces Osvaldo Soriano y el Negro Fontanarrosa ya habían publicado algunos deliciosos relatos sobre el tema. Escasa producción y casi toda sudamericana. Porque al otro lado del charco la situación era algo diferente. Mientras aquí los intelectuales se resistían a abandonar el armario, allí escritores de la talla del citado Galeano, Mario Benedetti, Ernesto Sábato y Vargas Llosa no tenían reparo en mostrar su amor por el balompié. Todo ello a pesar de la opinión del influyente Borges: “el fútbol es popular porque la estupidez es popular”.

Se suele considerar a Vázquez Montalbán como el principal baluarte del cambio de paradigma en nuestro país. El escritor catalán escribió un relato (El delantero centro fue asesinado al atardecer) encuadrado en el mundo del fútbol, pero sobre todo algunos ensayos y bastantes columnas donde, entre otras cosas, fue dando forma al discutible relato del FC Barcelona como ejército desarmado de Cataluña y desarrollando su teoría del fútbol como religión laica. Acertado o no en sus tesis, lo cierto es que sirvió para introducir una cuña en las élites cultivadas. Su relevo lo recogieron otros como Enrique Vila-Matas o Javier Marías. Las columnas cruzadas de éste último con Vázquez Montalbán en las páginas deportivas del diario El País con motivo de cada Madrid-Barça se convirtieron en todo un clásico. Fue precisamente en El País donde tuvieron cabida los primeros futbolistas que se animaron a coger la pluma con prosa fluida: Jorge Valdano, Miguel Pardeza y Josep Guardiola (¿futbolistas que escriben?, ¡pero esto qué es!). El propio Valdano, a mediados de los noventa, recopiló en Cuentos de fútbol un puñado de relatos de escritores en habla hispana. Algo se estaba moviendo.

En el terreno musical tampoco funcionaba demasiado el maridaje con el fútbol. La generación de la movida, tan moderna ella, lo ignoraba (e incluso despreciaba) en su mayoría. Si se acordaban de él era para denunciar el aborregamiento del analfabeto hincha, como hacían Gabinete Caligari en ‘La canción del pollino’ (“somos los que no saben no contestan, con excepción del 1X2”). Había excepciones, claro. Los Nikis, madridistas confesos, grabaron, con su estilo gamberrete, ’Enrique el ultrasur’ y Glutamato Ye-Ye cantaron su amor a las rayas rojiblancas en ‘Soy un socio del atleti’, una adaptación libre del clásico ‘Novio de la muerte’ de la legión. Cuando, entrados los noventa, apareció la generación indie, el fútbol empezaba a salir del armario y a los granadinos Los Planetas no les importaba confesarse barcelonistas a la vez que se inspiraban el gol de Koeman en Wembley para componer ‘La Copa de Europa’. Después vinieron ‘Un buen día’, donde Mendieta marcaba un gol realmente increíble, y ‘El artista madridista’. El Niño Gusano (‘Vicente del Bosque’), La Granja (‘Etoo’), Tarik (‘A balón parado’), Tachenko (‘1986’, ‘Arconada’), La Habitación Roja (‘Nunca ganaremos el Mundial’, ‘El pase de la muerte’), Las Escarlatinas (‘Sueño merengue’), Deneuve (‘El codazo de Tassotti’, ‘Saint Denis 3:0’, ‘Electromecánicas United’) o La Costa Brava (‘El cumpleaños de Ronaldo’) fueron algunos de los grupos que también tiraron de repertorio futbolero.

Hoy Los Planetas salen el El Día Después animando a su Granada, los sevillanos Lentejas los viernes titulan su último EP ‘La última promesa de Lopera’, Fernando Alfaro canta ‘Gol psicológico’, Los Esclavos homenajean en sus canciones a George Best y Maradona, Los Directivos trufan su repertorio de continuas referencias al deporte rey, desde Pep Guardiola hasta Japón Sevilla, y hasta el solemne Nacho Vegas se declara ferviente hincha del Sporting de Gijón. Babelia, el suplemento cultural de El País, no tiene problemas en dedicar su portada al balompié con la excusa de la Eurocopa. El fútbol forma parte imprescindible de la cultura popular y músicos y literatos lo sacan a relucir con naturalidad, sin avergonzarse por ser hinchas de un equipo o disfrutar durante un par de horas con un espectáculo supuestamente primario. La editorial Libros del KO acaba de publicar una muy recomendable colección bajo el nombre de ‘Hooligans ilustrados’ sin que nadie denuncie el aparente oxímoron. Casi no quedan intelectuales en el armario. El fútbol ya sí mola.


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Texto publicado originalmente en el número 5 del fanzine 'O barbarie', dedicado especialmente al fútbol con motivo de la Eurocopa. Disponible en formato físico en Crash Cómics (Córdoba), librería Subterránea (Granada) y En Portada Cómics (Málaga). En formato digital en http://obarbarie.blogspot.com.es .

1 comentario:

L. dijo...

Está muy bien el ar´ticulo, pero creo que, músicalmente, simplificas. La relación fútbol/música en España no se reduce al ámbito del indie. Ya en los 80, muchos grupos de punk y de OI! se declararon abiertamente futboleros e hicieron bastantes temas sobre sus propios equipos.
Un saludo.

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