viernes, 27 de enero de 2012

Canción de viernes: Friday on my mind

Parece mentira que, después de 12 ediciones de Canción de viernes, aún no hubiera aparecido por aquí la que hoy nos ocupa. Porque si hay una canción que representa el espíritu de esta sección esa es 'Friday on my mind'.

Tras una letra aparentemente ligera y juvenil, 'Friday on my mind' esconde un mensaje sobre la rutina, el hastío y el aburrimiento del día a día, que sólo encuentra efímero bálsamo en el hedonismo del fin de semana. Porque el lunes resulta insufrible ("Monday morning feels so bad, Everybody seems to nag me"), el martes parece remontar ("Coming tuesday I feel better, even my old man looks good"), pero la semana transcurre insoportablemente lenta (Wednesday just don't go"). A la altura del jueves sólo tienes una cosa en mente ("Thursday goes too slowI've got Friday on my mind"). Entonces llega el viernes  y...

miércoles, 25 de enero de 2012

Quiero tener una ferretería en Andalucía: Las andanzas de un punk por el sur de España

A mediados de los 80, buscando tranquilidad y fascinado por la figura de Federico García Lorca, Joe Strummer decidió abandonar Londres y viajar a Granada. Allí vivió durante algunas épocas, en las que trabó amistad con músicos locales, se aficionó al Ron Pálido motrileño y persiguió el fantasma de Lorca. También se instaló durante algunas épocas en San José, un pequeño pueblo del almeriense Cabo de Gata. De esta época poco documentada de la vida del que fuera líder de The Clash habla 'Quiero tener una ferretería en Andalucía', el documental que ha grabado el director Carles Prats, con la ayuda de Javier Navarrete y Antonio Jesús García Che.

Con la Alhambra al fondo

sábado, 21 de enero de 2012

La voz de Etta

Poseía una de las mejores voces de la historia de la música, dulce y áspera a un tiempo. Una voz de lija y seda, que podía ser suave y tierna, pero también desgarradora y estremecedora. Una voz prodigiosa ante la que es imposible no emocionarse. Una voz que te acaricia el corazón y te araña el hígado. La voz de Etta James.


Como sucede con la mayoría de artistas negros de la época, no fue fácil la vida de Jamesetta Hawkins, nacida en Los Ángeles el 25 de enero de 1938. Su madre quedó embarazada de ella siendo una adolescente de 14 años y Etta nunca llegó a conocer a su padre, aunque ella sospechaba que era Rudolf Wanderone, el famoso jugador de billar conocido como Minnesota Fats. Wanderone siempre reclamó ser el modelo que inspiró a los guionistas de El buscavidas para el personaje de Minnesota Fats, aunque todo indica que fue él en realidad el que cambió su apodo (en principio se hacía llamar New York Fats) tras ver la película, buscando notoriedad.

miércoles, 18 de enero de 2012

La autocanasta de Ferrándiz y Alocén

Hace 50 años el baloncesto europeo era muy diferente al de hoy. Hace 50 años no existía la línea de 3 puntos (se instauró en 1984, tras los Juegos de Los Ángeles), ni las posesiones de 24 segundos (pocos años antes se habían instaurado los 30 segundos). Tampoco se sancionaba el campo atrás, ni existía el tiro libre adicional tras canasta. Hace 50 años aún era habitual ver jugadores que lanzaban los tiros libres a cuchara. Era aquel un baloncesto menos físico y menos sujeto a los sistemas tácticos.

Pedro Ferrándiz

Mucho ha cambiado el baloncesto en este medio siglo. Algunos de estos cambios han sido claves para el desarrollo de este deporte. Otros, nimios; cambios menores con repercusión apenas anecdótica. Por ejemplo, entonces no estaba prohibido que un equipo encestara adrede el balón en su propia canasta. Una norma que surgió, precisamente, hace 50 años.

lunes, 16 de enero de 2012

Cuando el Dépor era súper

La escena la hemos visto repetida mil veces. Miroslav Djukic coloca cuidadosamente el balón en el punto de penalti y se aleja dando pasitos hacia atrás, sin dejar de mirar la portería. Se detiene a la altura de línea frontal del área. Ahora se toca la nariz, después coloca los brazos en jarra, luego se lleva la mano nerviosamente a la boca. Respira hondo, como queriendo capturar en sus pulmones todo el aire de A Coruña. En su rostro se adivina la tensión, el miedo a fallar, el peso de la responsabilidad. Bajo palos, González, el guardameta valencianista. Djukic comienza la carrera. Uno, dos, tres, cuatro, cinco pasos y el pie derecho golpeando el balón demasiado flojo, demasiado centrado, demasiado inocente, demasiado mal. La siguiente imagen es la de González, sujetada la pelota con su brazo izquierdo y puño derecho al aire. Es el final de un sueño.
Esta historia, este sueño, que culmina con el yerro de Djukic, arranca el 9 de junio de 1991. Aquel día el Deportivo de La Coruña se jugaba en Riazor el ascenso a la Primera División contra el Real Murcia. 18 años penando en categorías inferiores empezaban a ser excesivos para un equipo histórico, fundado en 1906. Era la última jornada de la temporada en la Segunda División y Deportivo y Murcia se jugaban en enfrentamiento directo una plaza de ascenso. Al Murcia le bastaba salir de Riazor con un empate, mientras que los gallegos necesitaban la victoria. Dos goles de Zoran Stodajinovic mandaron al Deportivo a la máxima categoría. En el equipo que formó aquella tarde ya estaban jugadores importantes en los siguientes años, como Albístegui y los hermanos Fran y José Ramón. También un joven central yugoslavo, sobrio, elegante y talentoso, que había llegado al equipo a mitad de temporada. Su nombre, claro, Miroslav Djukic.